Kettlebell pesa rusa 16 kg poliuretano PU - SD MED

Descripción

Características: - Peso: 16 kg. - Acabado grueso de PU moldeado, diseñado para proteger cualquier superficie con la que entre en contacto su kettlebell. - Recomendadas para su utilización tanto en casa como en competencia y entornos comerciales. - Alto tráfico y rendimiento. - Números de peso grandes y fácilmente…
Características: - Peso: 16 kg. - Acabado grueso de PU moldeado, diseñado para proteger cualquier superficie con la que entre en contacto su kettlebell. - Recomendadas para su utilización tanto en casa como en competencia y entornos comerciales. - Alto tráfico y rendimiento. - Números de peso grandes y fácilmente identificables. - Fabricadas en poliuretano súper resistente. - Inoloras. - Proporciona menos rebote que el caucho si se cae. - No se deshacen ni se muelen con el tiempo. - Resistente a climas extremos de frío y calor. - Excelente resistencia al oxígeno, el ozono, la luz solar y las condiciones climáticas en general. - Propiedades de reducción de ruido. ¿Por qué el poliuretano es mejor que el acero y el caucho? - Es resistente a la abrasión, las piezas hechas de poliuretano con frecuencia superan a otros materiales cuando la abrasión severa es un factor. - Se ha demostrado que es muy superior a los plásticos y metales de caucho en muchas aplicaciones. - Es resistente a aceites y solventes, grasas y gasolina. Capacidad de carga El poliuretano tiene una mayor capacidad de carga que cualquier goma convencional. Debido a esta característica, es un material ideal para acoplamientos pesados, de ruedas de carga, almohadillas de conformado de metal, almohadillas de choque, juntas de expansión y montajes de maquinaria. La pesa rusa o kettlebell es una pesa tradicional que consiste de una bola semejante a una bala de cañón con un asa. Permiten realizar ejercicios de pesas que a su vez son aeróbicos, de agilidad y de coordinación. Las kettlebells fueron utilizadas por el actor Chris Hemsworth en su entrenamiento para rodar Thor, por ejemplo. Los atletas olímpicos las han usado desde los años 40. Más tarde dieron el salto a EEUU, donde son ahora el último grito en entrenamiento.